Sáb 20 Oct 2018

El CMA rinde homenaje a Aníbal Cedrón, un artista revolucionario

Desde el 20 de octubre, el Centro Municipal de Arte presenta una retrospectiva sobre el dibujante y militante, fallecido en 2017


El Centro Municipal de Arte presenta desde el sábado 20 de octubre una exposición retrospectiva sobre el artista y militante argentino Aníbal Cedrón.

Cedrón nació en 1948 en Puerto San Julián, Santa Cruz. Egresó en el Colegio Nacional de Buenos Aires (1966), estudió en la Facultad de Arquitectura y en la Facultad de Filosofía y Letras – Historia del Arte -, pertenecientes a la Universidad de Buenos  Aires (1967-1973). Carreras que no pudo completar por las reiteradas expulsiones, aplicadas durante las dictaduras, en su carácter de dirigente estudiantil. Fue Secretario General de la FUBA (1970-72).

Fue ilustrador en Cultura y Nación del diario Clarín (1993-1995), en ediciones especiales de la revista La Maga (1995-1996), y en la revista Encrucijadas de la Universidad Nacional de Buenos Aires (Nº 17, marzo del 2002). En el año 2005 coordinó y curó la edición de lujo de El Quijote de la Mancha, que reprodujo dibujos suyos y de Carlos Alonso, Guillermo Roux, Daniel Santoro, Mildred Burton, Jorge Alvaro, Alicia Carleti, Norberto Onofrio, Armando Sapia, Raúl Ponce, Diana Doweck, Luis Scafatti y Silvina Benguria. En varias de sus obras, Cedrón rindió homenaje a los desaparecidos de su generación.

En el año 2017 fue declarado personalidad destacada de la Cultura durante una ceremonia en el Salón Alfonsín de la Legislatura porteña. En octubre de ese año falleció a causa de un cáncer de páncreas.

“Mi filosofía es humanista y socialista, por eso toda mi obra tiene como tema central la figura humana. Lo reforcé en tiempos como los ‘90, cuando en nuestro país parecía instalarse el olvido y la injusticia sobre la suerte de los desaparecidos y las víctimas del terrorismo de Estado".
AC
El CMA rinde homenaje a Aníbal Cedrón, un artista revolucionario

Sala Verde

… quiero concentrarme en otra faceta tuya que admiro por su calidad y originalidad: tu obra como dibujante, pintor y escritor (esta última la menos conocida). Tanto en tu obra visual como en el relato, se manifiesta la complejidad de la vida. En el terreno de las líneas, ellas tejen sabios laberintos como formas de manifestar la realidad. En el campo de la literatura la ambigüedad va traduciéndose con suspenso en la evidencia antes secreta.
Una de las definiciones de la palabra "gráfico" -más allá de procedimientos especiales- es la de exponer las cosas aún complejas con la misma claridad que si estuvieran dibujadas. Pero en tu caso, tu dibujo bien gráfico era, paradójicamente, claro y complejo. Tu experiencia de diseñador y la tecnología digital se entendían perfectamente para jugar y concretar tu línea sensible. Tu ojo preciso convive en tu obra con la riqueza visual porque es también el de alguien que se ha expresado siempre tanto en el dibujo como en la escritura. Tus obras dicen, describen, y asimismo nos hablan del propio procedimiento, del mundo significativamente lineal, para convertir la denotación en connotación. Como consecuencia de ello volvías reiteradamente a ver tus obras pasadas, para reconstruirlas, pensarlas y convertirlas en nuevas.

Luis Felipe Noé

El CMA rinde homenaje a Aníbal Cedrón, un artista revolucionario

Sala Azul

«Mis cuadros miran  a la cara, estoy cautivo de emoción en ellos como un animal, soy militante de la liberación social: para la libertad mis ojos y mis manos. A  pesar de los golpes, porque aún tengo vida, éste es el lugar dónde me pongo el pantalón, en donde me quito la camisa en alta voz y donde tengo suelo, un alma, un mapa de mi Argentina y el mundo. Cada mañana es la batalla por el hoy, entre el pasado y el futuro. No me rindo. En tiempos de cultura de anomia y mentalidad sepulturera, que proclaman el fin de la historia y eternidad capitalista, mi obra es tan realista, como surrealista, tan llena de metáforas y poesía.  Lo afirmo con la rebeldía de los que procuran una realidad – otra, porque pertenezco a una familia de revolucionarios, sospechadores de universos, de contrabandistas metidos de perfil en la cultura, que transitan a contramano de las avenidas asfaltadas por el sistema y el poder establecido, de esos incómodos, malditos e indeseables hurgadores del dedo en la llaga, si se quiere de aguafiestas. Admito, sí, que en el cómo soy torpe, pero soy sensual, porque amo y soy pasión, porque tengo vientos de historia. Porque pertenezco a una generación que enarboló ideales libertarios y los sigo sosteniendo a pesar de haber atravesado la etapa más dolorosa de la Argentina con el terrorismo de estado, con tanta sangre derramada, con tantos compañeros muertos y desaparecidos.

En definitiva porque siento que soy nosotros, de los trabajadores y de los pueblos, entre los cuales aprendí a pintar.»

AC

El CMA rinde homenaje a Aníbal Cedrón, un artista revolucionario

Sala Naranja

Empujado por una sensibilidad exquisita, en estado de conmoción permanente, Cedrón construyó una obra que nos retrata en nuestra condición de argentinos como pocos artistas lo lograron. Fue en ese tiempo azaroso que Cedrón me pidió nombrar –siempre me lo pedía por mi profesión de editora- uno de sus cuadros sobre el Cordobazo, aquella rebelión obrera y popular que fue el comienzo del fin a una de las tantas dictaduras que padecimos en el siglo XX. Entonces lo nombró «Donde arde la marea», definición que parecía referirse siempre al estado de rebeldía contra la injusticia, el estado natural de Cedrón no sólo en su vida como argentino cabal sino como artista que podía retratar las travesías de su pueblo y de su tiempo.

Así, en este derrotero de trazos apasionados de sí mismo y del otro, Cedrón se inscribe en la cadena de generaciones del país que amó, por el que peleó, por el que sufrió, y al mismo tiempo, que recuperó como nadie en la marea donde siempre ardió su pájaro de vuelo rasante sobre las conciencias y la memoria de quienes lo sobrevivimos. Y viajamos de su mano ya sin perdernos más en el camino de su obra. Allí donde mora para siempre nuestro querido Aníbal, allí donde arde la
marea.

María Seoane
Primavera de 2017

 

El CMA rinde homenaje a Aníbal Cedrón, un artista revolucionario

Sala Violeta

Hay en Aníbal Cedrón un intento por hilvanar una historia de vida enmarcada en una historianacional de luchas políticas. Anudar la memoria individual y colectiva volviendo sobre hechos que jalonan su trayectoria personal de militante, derrotas, traumas, marcas y dolores, restos de una experiencia inefable.

La grafía dañada, la trama rota, el trazo interrumpido dicen y a la vez callan, muestran y ocultan reforzando la tensión entre memoria y olvido. La mirada y la imagen son las de un activista en contra de las gramáticas totalizadoras. Su obra,
entendida como ejercicio y no como producto, se inscribe en una épica de la resistencia y de la disidencia.

Abrir y reventar la trama, ampliar el detalle hasta el límite, superponer puntos de vista, recortar y pegar fragmentos de huellas digitales, imágenes que se van de cuadro, son procesos que hablan de presencias y de persistentes ausencias. La foto carnet que aprisiona su rostro sin gesto remite a los controles represivos de la dictadura. El retrato y la huella digital fueron la matriz de un sistema de control de identidades.

La inclusión de radiografías y la posibilidad que aportan de adentrarse en zonas extrañas parecen contradecir la visualidad aportada por las tecnologías de alta definición que no dejan resto por descubrir. Nos propone indagar más allá de la apariencia y de lo que Braudillar llama la perfección inútil de la imagen.

Graciela Limardo