Según estadísticas oficiales de la Municipalidad de Avellaneda, los últimos dos años muestran de forma concreta la dura realidad que viven los comerciantes de nuestra ciudad, como consecuencia de las políticas de ajuste del modelo nacional, el consecuente derrumbe del consumo y el aumento sin freno de las tarifas de servicios.
Hasta 2015, la Comuna tenía un saldo altamente positivo en el balance entre trámites de habilitaciones comerciales y baja de comercios. En el período 2013-2015, por ejemplo, se tramitaron 1941 habilitaciones comerciales contra 926 pedidos de bajas.
En los años 2016 y 2017 la distancia se acortó, pero el esfuerzo de los comerciantes locales y las políticas de incentivo que llevó adelante la Comuna, como la Tarjeta Somos A y el apoyo a las industrias locales aportaron al sostenimiento de la actividad.
La crisis económica, el aumento de alquileres, los tarifazos en los servicios públicos y la caída en el poder adquisitivo de los argentinos se hizo visible más que nunca en estos últimos dos años, y el resultado entre altas y bajas comerciales se revirtió.
Entre 2018 y 2019, se tramitaron 908 altas comerciales y 1300 bajas en nuestra ciudad, lo que muestra efectivamente la forma en que estas políticas económicas han afectado al consumo local, generando el cierre de comercios y el aumento del desempleo en el Distrito.