El trovador cubano, músico y poeta, Silvio Rodríguez, presentará su show en Avellaneda, gratis para todas y todos. El autor de clásicos como «Ojalá» o «Unicornio» cantará el 28 de octubre en la avenida Belgrano y Arenales, en el marco de la «Semana de la Cultura Cubana».
El espectáculo significa un hito histórico para la ciudad, es organizado por la Municipalidad de Avellaneda, y fue declarado de Interés Municipal a través del Decreto 3185/18. Cuenta con el impulso del Espacio de Fraternidad Argentino Cubana para la unidad de Nuestra América (EFAC).
La Semana de la Cultura Cubana integra otros eventos culturales que buscan difundir los aportes artísticos que la República de Cuba hace al mundo como recursos hacia el desarrollo humano.
A partir de la enorme expectativa que generó este recital, la Comuna decidió cambiar la sede con el fin de mejorar las condiciones de accesibilidad y seguridad para la multitud que asistirá. Originalmente iba a ser en el Parque de los Trabajadores.
Silvio Rodríguez vive en La Habana desde 1952. En 1955 recibió clases de piano de Margarita Pérez Picó. En 1961 fue uno de los 100 mil jóvenes que integraron las brigadas “Conrado Benítez” y se fueron al campo a alfabetizar. El 15 de abril de ese año, tras el bombardeo a los aeropuertos, preludio del ataque por Bahía de Cochinos, se inscribió en las milicias estudiantiles.
En 1962 Silvio Rodríguez se inició como aprendiz y dibujante en el semanario Mella, donde tuvo como maestro a Virgilio Martínez. Allí, jugando, compuso su primera canción: “El rock de los fantasmas”. En 1963 recibió clases de piano de Amelia Frades y matriculó en la Academia de Artes Plásticas “San Alejandro”.
En marzo de 1964 fue llamado a filas por el Servicio Militar Obligatorio. Allí, en sus momentos libres, empezó a tocar la guitarra y a componer canciones con regularidad; entonces también se presentó en los Festivales de Aficionados de las FAR. Fue dado de baja el 12 de junio de 1967. Semanas antes había conocido a Mario Romeu, pianista y director de orquesta, quien el martes 13 de junio lo presentó en el programa televisivo “Música y Estrellas”, cantando “Sueño del colgado y la tierra” y “Quédate”. Poco después, a propuesta de Juan Vilar, se vio inaugurando y conduciendo un programa llamado “Mientras Tanto”, como otra de sus canciones.
En julio de 1967 fue invitado por los poetas de El Caimán Barbudo, amigos desde el semanario Mella, a un recital en homenaje a la trovadora Teresita Fernández. En febrero de 1968, Haydee Santamaría lo invitó a cantar en la Casa de las Américas, donde compartió con Noel Nicola, Pablo Milanés, Martín Rojas, Eduardo Ramos y Vicente Feliú el concierto fundacional de la nueva trova, de la que fue uno de sus guías. Entre 1969 y 1970 viajó por las costas de África en varios barcos de pesca, en los que compuso 62 canciones. A su regreso hizo tres recitales en la sala de teatro Hubert D’ Blanck, colmada de jóvenes. A propuesta de Alfredo Guevara, fue uno de los fundadores del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, que se especializó en la banda sonora del cine y recibió clases de Leo Brouwer, Juan Elósegui y Federico Smith.
En 1974 comenzó a grabar su primer disco en solitario, “Días y flores”, producido por Frank Fernández, que vio la luz en 1975. En 1976, cuando la Sudáfrica del apartheid invadió a Angola, recorrió dos veces los frentes de combate, cantándoles a las tropas cubanas y angoleñas.
A partir de 1977 viajó intensamente por toda América y Europa. Hizo giras y grabó con los grupos Afrocuba, Irakere y Diákara. Colaboró con la Camerata Brindis de Salas y con la Orquesta Sinfónica Nacional.
Silvio Rodríguez ha compuesto música y letra de cientos de canciones. Posee una amplia discografía. Ha musicalizado filmes, teleseries y piezas de teatro. Ha recibido numerosos premios y condecoraciones. Sus canciones han sido traducidas al francés, italiano, alemán, inglés, portugués, guaraní, ruso, chino, japonés, coreano, sueco y catalán. Ha publicado dos libros: “Canciones del mar” (Ojalá ediciones, 1996) y “Cancionero” (Ojalá ediciones, 2008).
En la década de los 90 alentó y contribuyó a la construcción de los estudios de grabación “Abdala” y “Ojalá”, en La Habana, y el “Eusebio Delfín”, en Cienfuegos. En 1993 fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, de la que se retiró en 2008. En 1997 fue nombrado Artista UNESCO por la Paz. En 2004 recibió el Premio Nacional de Música; en 2006 el Premio Latino por toda una vida, de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España.
En 2007 la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, Perú ―la más antigua de América― le confirió el título de Doctor Honoris Causa. En 2008, al frente de un grupo de artistas y escritores cubanos recorrió 16 prisiones, actuando ante más de 40,000 reclusos. En 2010, luego de 30 años de exclusión, puede volver a los Estados Unidos y realiza un memorable recorrido. Poco después hace un concierto en las calles de Medellín (Colombia), otro en Ciudad Juárez, y recibe el doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana, con sede en Xalapa, México.
Desde finales de 2010 encabeza un grupo de músicos, escritores y artistas que hacen una extensa gira por los barrios más necesitados de la ciudad de La Habana.